jueves, 7 de mayo de 2020

Perro Policia- Cuento Propio

Abril Chiro Tarab 
ConsignaEscribir un cuento, que incluya: 1 objeto con un jeroglífico, 1 perro negro, 1 objeto filoso, 1 enano, 1 reloj antiguo, 1 espejo roto y que el Narrador o Narradora sea interno, en 1° persona.

PERRO POLICIA
El trabajo a veces puede ser más duro de lo que uno espera, con mis colegas estamos trabajando en un caso singularmente horrible, hace ya varios meses..o semanas..o días quizá. Lo siento, pasa que siendo perro el tiempo no transcurre de igual manera que para los humanos.
Como decía, el caso en el que trabajamos es muy particular, se trata de un enano que trabaja solo, asesinando y violando a sus víctimas luego del hecho. Por cierto, somos policías de la provincia de Tierra del Fuego, Argentina.
Este monstruo ha dejado tras de sí más de 7 víctimas, marcando a cada una de ellas con su símbolo particular, una pulsera de cuero marrón, tallada con un jeroglífico, que hasta ahora desconocemos su significado, pero que sin dudas remite a este hombre sin escrúpulos, que parece buscar reconocimiento por cada crimen cometido.
Hoy yo cumplo un rol más que importante, hoy dirijo nuestra investigación. y el equipo entero depende de mí.
Se ha encontrado su guarida, iremos allí para que pueda identificar su olor mediante sus pertenencias, seguir su rastro y atraparlo. Debo admitir que estoy tan emocionado como nervioso, no crean que por ser un perro lo único que me interesa es la comida que recibo de recompensa,para nada..o tal vez si..un poco..solo lo necesario.
Nos encontramos en el departamento, y huele mucho peor de lo que imaginé. Recorro la húmeda sala mientras todos esperan detrás de mi. el suelo esta lleno de basura, restos de comida, papeles sueltos, se nota que ha escapado hace poco del lugar. De repente, algo que no había llegado a reconocer, me corta la pata, mi compañero se acerca rápidamente a asistirme, tengo un vidrio clavado, sangro, pero no pasa nada.
Un espejo gigante que colgaba de la pared esta roto, y sus partes, junto con un reloj de pulsera viejo descansan en el suelo. El reloj parece haberse caído de la muñeca del enano cuando este golpeaba su
puño contra el espejo.
Tomo el reloj, un pedazo de tela negra esta enganchado a él, lo huelo, es intenso, es repugnante, siento como si ya lo hubiera olido antes, ciertas imágenes vienen a mi cabeza pero no logro captarlas a tiempo, otro pedazo de vidrio se clava en mi pata. Ahí recuerdo, recuerdo de donde conocía este olor, no puede ser. 
La búsqueda comienza, sigo el rastro a través del cuarto, me topo con un arma, la reconozco, para esto fui entrenado. Mi compañero la guarda en una bolsa hermética transparente. Ropa sucia, comida podrida, alcohol, pero su inconfundible olor no podría sacarlo de mi cabeza.
Salgo de la habitación corriendo, el equipo se asusta y me abre el paso, mi compañero cree que estoy muy herido y no puedo seguir recorriendo la habitación. Otro perro policía es seleccionado para continuar el trabajo, no saben el error que cometen. 
Corro, hace tiempo no me sentía así, no desde que me abandonaron en esa autopista cuando era cachorro, ahora otra vez, siento miedo. 
Cruzo las calles sin pensar en nada, un auto frena abruptamente en la esquina al verme pasar, la gente se asusta, grita, otros perros me ladran desde sus balcones. Pero ya no tengo control sobre mi mismo, una fuerza mayor me conduce y mis patas un poco temblorosas no paran de correr. Las imágenes siguen dando vueltas en mi cabeza, una manta roja, una mano acariciando mi hocico, y el olor... 
De repente todo para. El tiempo para, mi corazón late muy fuerte, y no puedo parar de jadear.
Me encuentro en frente a la casa que me cuidó cuando recién había nacido.
 ¿Cómo podría ser posible?
Subo las escaleras, me paro frente a la puerta y el ladrido más fuerte que jamás había dado sale de mi.  Abren la puerta, no veo a nadie, pero no me hace falta, se que está ahí, se que es él.
Entro y ahí esta, ese hombrecito peculiar que solía subirme a su cama todas las noches para que durmiera con el, que me contaba todos sus problemas, me hablaba sobre su tristeza y su soledad, mientras yo intentaba reconfortarlo con unas lamidas en la frente. 
El hombrecito me abraza fuertemente, ahora lo entiendo, el había sido un niño abandonado como lo había sido yo. Pero a él se lo había excluido por su condición, por su enanismo, y ahora por supuesto, por su maldad. 
Lo muerdo, lo muerdo fuertemente mientras el grita y la sangre brota desde su garganta. 
Recibo una medalla, "El perro policia del año", todos aplauden al rededor mío, el enano estaba en prisión, el caso estaba resuelto. 
Todos brindaban y hablaban de mí, me sirven un enorme plato de comida, pero ninguno nunca va a ser tan rico como el que Henry, mi hombrecito, me servía todas las noches antes de dormir. Juntos. 
Fui entrenado para atrapar, para seguir rastros, y asesinar, pero nunca había sido entrenado para amar. 
El único que lo había hecho era Henry, quizá me había equivocado, quizá debería haberme quedado con él. 

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