Autoanálisis

 Tras este primer cuatrimestre de aprendizaje cursando el Taller de Expresión, puedo ver reflejado un gran crecimiento en mi conocimiento sobre la literatura, si bien siempre me he sentido atraída por este arte, se me ha planteado desde puntos que antes no conocía.

En especial he desarrollado admiración por los micro cuentos, la habilidad de con tan escasas palabras crear mundos extraordinarios y llenos de matices, es realmente sorprendente. Al momento de escribir algo propio, como es el caso de un cuento, suelo llevarme más por el lado del impulso, simplemente me siento y dejo que las palabras se vayan escribiendo por si solas, es como si fuera imaginándome una película, viendo plano por plano, haciendo zoom cuando lo precise, introduciéndome en lo más profundo de los personajes. Sin embargo, este procedimiento, un poco a la deriva, me dificultaba en ciertas ocaciones la fiscalización de los mismos. Las pautas de cada actividad me han incursionado en nuevas maneras de crear y escribir, previo a ponerlo en palabras, dándome la posibilidad de evaluar qué género quisiera abarcar, desde qué puntos de vista, utilizando qué narrador. Considero que este procedimiento enriquece la escritura, ya que nos permite una toma más consciente y abarcativa de las decisiones. Hasta el momento sigue ganando el impulso, pero poco a poco los planteos van surgiendo antes en mi cabeza. Me emociona continuar con este taller, conocer más y más autores, es como viajar a diferentes universos. Los libros son una película que te permite ser parte de la dirección, podemos elegir vestuario y escenografía, a la vez que nos sorprendemos con cada nuevo capítulo. Escribir es intentar construir nuestra propia galaxia, cada planeta puede tener su propio color, moral, normas y matices, pero mirando desde lejos, se puede visualizar que hay un único creador, una unidad que entrelaza cada mundo, formando una galaxia.